Pese a que han transcurrido 18 años desde el accidente, varios millones de personas siguen viviendo en zonas contaminadas por la radioactividad en Belarús, así como en Ucrania y en Rusia.
Pero el calor del decaimiento radioactivo se mueve tan lento por roca sólida que tener en cuenta la radioactividad mejora la estimación de Kelvin en… prácticamente nada.
El error de Kelvin se suele atribuir a que, en fin, aún no se había descubierto la radioactividad, que crea un montón de calor en el núcleo de la Tierra y ayuda a mantener el planeta calentito.