Está localizado en una región llamada el Cinturón de Kuiper, hogar de muchos planetas pequeños, cientos de miles de ancianos objetos helados, y trillones de cometas.
Al principio parecía un cometa erizado de furia, pero a medida que la cola se alargaba, se iba transformando en un enorme dragón plateado de diez mil kilómetros de largo.
Las sucias bolas de hielo que llamamos cometas son un candidato lógico como origen de nuestra agua, pero se descartaron cuando descubrimos que son mucho más ricos en hidrógeno pesado que el agua terrestre.
En realidad, lo que dibujó el artista italiano fue el cometa Halley, que aquel año fue visto en el cielo de Europa, causando una honda impresión que quedó patente en los escritos de muchos cronistas de la época.
El hidrógeno pesado tiene un neutrón además de un protón, y por cada millón de átomos de hidrógeno que hay en el agua terrestre, unos 150 son pesados, mientras que el agua de los cometas suele tener el doble.