El pasado mes de septiembre, las cifras oficiales de detenidos bajo las nuevas medidas de seguridad ascendían a 58.000, incluidos al menos 1.600 menores.
Además, prevé que estas personas sean trasladadas a terceros países sin importar si les pueden ofrecer protección y niega el asilo incluso a menores no acompañados.
Para no ser pobre un grupo familiar de dos adultos y dos menores requirió 860.000 pesos, mientras que para no ser indigente debió contar con 486.000 pesos.
Solo el 1% de los menores contagiados acaban ingresados, pero la semana pasada hubo una media de 216 niños hospitalizados cada día, un nivel inédito desde enero.
Además, una cuarta parte de los menores se ven obligados a defecar al aire libre y tres cuartas partes no disponen de agua ni jabón para lavarse las manos.
Se la conoce poco porque ha salido poco en prensa, ha salido poco en los medios, y eso, a mi modo de ver, ha sido algo, evidentemente, buscado y perfectamente pensado.
Julio Pereyra es un educador comunitario que trabaja en la reinserción de niños en el sistema educativo, ofrece terapias a menores con discapacidad y acceso a prótesis y medicamentos.
La relatora está visitando Uruguay por invitación del Gobierno y mantendrá conversaciones con las autoridades y organizaciones de la sociedad civil, además de centros de acogida de menores y comunidades locales.