Todavía pueden verse en las cercanías de las escuelas, universidades, establecimientos comerciales y restaurantes, edificios residenciales, medios de transporte, etc.
Las normas y políticas nacionales sobre la vivienda deberían dar cabida de forma específica a las necesidades y los derechos de estos grupos marginados.
Solemos imaginar los barrios residenciales como callejuelas arboladas con vallas de madera y perritos grandes y babosos, pero los barrios residenciales vienen en muchos sabores.