Una de las testigos iba en el primer grupo, que estuvo detenido durante un tiempo en un puesto de control en las afueras de El Fashir antes de poder continuar su camino.
Antes de vivir en Daly City, a las afueras de San Francisco, Samantha sobrevivió más de un año en una celda de la cárcel de mujeres La Esperanza, en Nicaragua.