La comunidad internacional y las Naciones Unidas deberían seguir denunciando y condenando rotundamente esas violaciones y ataques, que son actos cobardes e inadmisibles.
La paz y la seguridad están íntimamente relacionadas con las preocupaciones provocadas por el terrorismo, tal como quedó demostrado por los cobardes ataques cometidos recientemente.
En prisión, Bonhoeffer comenzó a reflexionar sobre cómo su país de poetas y pensadores se había convertido en un colectivo de cobardes, ladrones y criminales.
Mantengamos la firmeza y el apoyo político para ayudar y defender a las víctimas y concienciemos a toda la sociedad contra esa violencia, criminal y cobarde, que degrada nuestra convivencia.