Dejaron de tener hijos, dejaron también un poquito al margen las antiguas virtudes romanas, que eran la laboriosidad, la decencia, en términos generales...
Al poco tiempo que tenía para trabajar, he de agregar la extrema laboriosidad de las obras y las muchas horas que, por falta de herramientas, ayuda o destreza, me tomaba cualquier tarea que emprendiese.