En 1831, al culminar su carrera Henslow, le ofreció a Darwin ocupar un puesto no remunerado como naturalista en una expedición a borde del Beagle con el capitán Robert Fitzroy.
En aquel momento su rol en la sociedad todavía era el de ama de casa, es decir, una mujer dedicada exclusivamente al trabajo del hogar, que es un trabajo no remunerado, como sabemos.
Si le pides a una chica que describa a un hombre real, a menudo comenzará a imaginarse a un hombre guapo, con un trabajo bien remunerado, una mandíbula cincelada y un gran sentido de la moda.