Cultivaremos y practicaremos los valores socialistas esenciales, desarrollaremos el grandioso espíritu antiepidemia y fomentaremos el cultivo de la moralidad cívica.
Implementaremos integralmente la directriz básica del trabajo partidario referente a la religión para orientar activamente su adaptación a nuestra sociedad socialista.
La construcción integral de un país socialista moderno exige un pleno despliegue de la grandiosa fuerza creativa de los centenares de millones de integrantes del pueblo.
Nos encontramos en el cruce histórico de los Dos Objetivos Centenarios, y empezará pronto la nueva expedición de la construcción integral de un país socialista moderno.
Para poder dirigir un país socialista enorme, con más de 1300 millones de habitantes, nuestro Partido debe no solo ser políticamente fuerte, sino poseer grandes aptitudes.
La democracia popular es la vida del socialismo y representa el justo sentido que la construcción integral de un país socialista moderno debe conllevar.