David Alexander Glencairn (me tendré que habituar a llamarlo así) era, lo sospecho, un hombre temido; el mero anuncio de su advenimiento bastó para apaciguar la ciudad.
Un nuevo sobresalto, sin embargo, me esperaba junto a ella: allí estaba uno de los temidos controles militares que habían impedido la entrada de los larachíes en Tetuán.
Había permanecido tan cerca, que el viejo había temido que cortara el sedal con la cola, que era afilada como una guadaña y casi de la misma forma y tamaño.
Estas sensaciones de gran preocupación suelen ser excesivas con respecto a la probabilidad de que las cosas temidas puedan suceder y con respecto al impacto que realmente podrían tener.
En la cantina, Florentino Ariza y Fermina Daza se tomaron un refresco de botella sentados como estudiantes frente al mostrador, y ella se vio de pronto en una situación temida.
Por ser un súper depredador con muchas hileras de dientes y además ser el protagonista de una película que te pone a temblar, el tiburón es uno de los animales más temidos.