El negocio prosperaba poco a poco, se fue corriendo la voz. Entraba dinero: en pesetas de Burgos, en francos franceses y marroquíes, en moneda hassani.
El cuarto de baño se llenó de humo mientas nosotras observábamos nerviosas el experimento a medida que el sudor nos llenaba de gotas la frente y el vaho hacía desaparecer nuestras imágenes del espejo.