Se envió al almacén a los agentes P y T, quienes inspeccionaron el lugar y planearon una emboscada dentro del almacén para atrapar a los ladrones, a quienes esperaban.
Pero quince días después el general Teófilo Vargas fue despedazado a machetazos en una emboscada y el coronel Aureliano Buendía asumió el mando central.
La tiniebla era casi indescifrable; Cruz y los suyos, cautelosos y a pie, avanzaron hacia las matas en cuya hondura trémula acechaba o dormía el hombre secreto.