El instinto humano solía mostrar especial indulgencia con los heridos y los minusválidos, pero Núñez había sido entrenado para hacer caso omiso de ese instinto.
Después de haberme comprado me trajo usted a este sitio para matarme; pero, sintiéndose compasivo, prefirió atarme una piedra al cuello y tirarme al mar.
Y la compasiva de Maritornes, viéndole tan fatigado, le pareció ser bien socorrelle con un jarro de agua, y así, se le trujo del pozo, por ser más frío.
Un culto típico requiere un alto nivel de compromiso de sus miembros y mantiene una jerarquía estricta que separa a los simpatizantes y reclutas desprevenidos del funcionamiento interno.