Dulces, amables y educados, esas mujeres y esos hombres siguen insistiendo en dar los buenos días, en pedir las cosas diciendo por favor y en decir gracias.
Está muy mal matar a nadie -dijo Virginia, que a veces adoptaba un bonito gesto de gravedad puritana, heredado quizás de algún antepasado venido de Nueva Inglaterra.
Y tuvo la mala suerte de pegar un estacazo a la jarra del estante. Dio ésta contra la pared, cayó al suelo hecha trizas, y toda la miel se vertió y esparció.
Son como esponjas, aunque pueden no ser los tipos más carismáticos que existen, como los ESFJ o ENFJ, sacan su lado cariñoso y dulce cuando alguien cercano a ellos se siente deprimido.